El estudio de suelos permite conocer las propiedades físicas y mecánicas del suelo, y su composición estratigráfica, es decir las capas o estratos de diferentes características que lo componen en profundidad, y por cierta ubicación de capas de agua (freáticas), si hubiera.

El estudio de mecánica de suelo consta en general de tres etapas:

  • Exploración.
  • Trabajo de Laboratorio.
  • Elaboración de informe
  1. Exploración.

En esta primera fase el profesional inspecciona el lugar y toma las muestras del suelo, las mismas que luego serán analizadas en el laboratorio. En esta etapa se emplea diversas técnicas como:

Calicata: para hacer excavaciones de una profundidad pequeña o mediana en puntos elegidos del terreno. La idea es tener una visión directa del terreno que generalmente no se ve, para su caracterización y análisis.

Penetrómetro: consiste en la penetración del suelo con la introducción de una herramienta en el terreno, la cual generalmente tiene forma cónica.

Sondeos: con esta técnica se perfora el terreno con una sonda cilíndrica que va extrayendo la tierra atrapada dentro del cilindro. A medida que se saca las muestras, se va colocando por orden de profundidad en unas cajas, con el objetivo de determinar el tipo de suelo a distintas profundidades.

  1. Trabajo de laboratorio.

Una vez que el profesional cuenta con las muestras, estas son llevadas al laboratorio para realizar los ensayos correspondientes. Estos pueden ser químicos, para detectar componentes químicos del suelo (como sulfatos y cloro y el grado de acidez) ya que estos van a condicionar las características de los hormigones a emplear en las cimentaciones.

También se mide la capacidad resistente y la rigidez del material del suelo. Se trata del ensayo de compresión simple, el de corte directo y otros que indicarán cuáles son las propiedades mecánicas del suelo.

  1. Elaboración de Informe.

Concluidas las dos primeras etapas, se prepara un documento técnico final que será presentado al encargado de la construcción. Allí se detallará las observaciones del estudio de suelo, las características que se ha encontrado y si este es o no apto para realizar construcciones.

A través del estudio de suelos se puede conocer las características físicas y geológicas, se puede ver la secuencia litológica, las diferentes capas y su espesor, la profundidad del nivel del agua subterránea y hasta la capacidad de resistencia de un suelo o una roca. Con estos factores se puede asegurar una construcción segura y, por ende, de una ciudad segura.

La importancia del estudio de suelos depende del tipo de proyecto que vas a realizar y de la magnitud de este; con los resultados que te arroje el estudio de suelos puedes tomar decisiones del tipo de cimentación a utilizar y hasta que profundidad debes de cimentar; dependiendo del tipo de suelo es la capacidad de soporte del suelo (resistencia del suelo) y eso se puede determinar únicamente con el estudio de suelos.

Depende del estudio de suelos, determinarás cuánto vas a gastar o cuánto vas a ahorrar en cimentación; ya que muchos proyectos en los que no se hace, resulta que cuando están ya construidos se dan cuenta que tienen hundimientos y eso carrea más costos, ya que se debe degastar mucho en reparar o tratar de estabilizar el terreno y todo por “ahorrarse unos centa

vos” y no hacer el estudio de suelo.

Cuando se trata de edificios, con el estudio de mecánica de suelos determinan la capacidad máxima de carga que acepta el terreno y si es suficiente por la sobrecarga del edificio.

Por otra parte, el uso de la tecnología moderna y actualizada ha fijado como primera exigencia en las normas que rigen la construcción en las distintas municipalidades, la realización de estudios de suelos. El argumento de que mi vecino construyó de esta o aquella manera ya no es válido y diría peligroso y antieconómico. La incidencia del estudio

de suelos en el costo total de una obra es insignificante por lo que no existen motivos para no realizarlo.

La importancia del estudio de suelos radica en que se puede lograr diseñar fundaciones técnicamente adecuadas y económicas. Por ejemplo, al definir la profundidad de fundación, se logra el mínimo de volumen de excavación y de hormigón que en el caso que no exista estudio de mecánica de suelo, el ingeniero decida fundar a mayor profundidad debido a incertidumbre sobre el suelo. El caso contrario (fundar a menor profundidad que la requerida) puede resultar en asentamientos excesivos que dañen la estructura.